GALEANO

Ayer, en la Feria del Libro, lleno hasta la bandera para escuchar a Eduardo Galeano, que presentaba su último libro, “Hijos de los días”, especie de diario impertinente y activista, en el que el autor, muy en su línea, utiliza su pluma para darle un buen vapuleo a la realidad, y denunciar, con palabras y argumentos sencillos, sus aspectos más sangrantes, mentiras, injusticias y contradicciones; y la gente, de pie, o sentada en el suelo, aplaudía a rabiar cada una de sus intervenciones, y después tuvo que salir casi escoltado. Entre el público, de todo, jóvenes y mayores, estudiantes, amas de casa, profesores, y hasta carritos de bebé, perroflautas y yayoflautas, que asumen como propio el discurso de Galeano, una voz poética para expresar la indignación.