LAS BRONTË

LAS HERMANAS BRONTE

Me encuentro inesperadamente con las Brontë y me zambullo con la respiración cortada en el río helado de sus vidas. Sucumbo a los encantos de su hermano Branwell, tan mimado, tan inútil y encantador al mismo tiempo. Enfermo con ellas en el pensionado de Cowan Bridge. Siento el hachazo repentino de las muertes de María y Elisabeth. Me voy con Charlotte a Bruselas y, como ella, escucho con avidez las lecciones de literatura de Constantin Heger. No es un hombre guapo. Ni falta que le hace. Irradia magnetismo; y por eso, porque nota que me he enamorado de él, Mme. Heger consigue que me aleje. Otra vez en Haworth. Muere la tía Elisabeth, la hermana de mamá, que nos ha criado. ¡Cuánto la echamos de menos! ¡Qué vacía la casa sin ella! Y papá casi ciego. La escritura. Decidimos publicar nuestros poemas bajo pseudónimos, Currer, Ellis y Acton Bell. Impensable que como mujeres nadie nos tome en serio. Dos ejemplares se vendieron. ¿Pero por qué no volver de nuevo a la infancia, al mundo de Gondal y de Angria? Escribir sin parar sobre la mesa de la cocina. Corregir, suprimir, romper. Resmas y resmas de papel. Comentar los progresos. Anne y Charlotte se inspiran en su mundo familiar de los pensionados y las institutrices. Anne Greg. Jane Eyre. Emily, en los abismos de su vida interior. Cumbres borrascosas. Y después, de nuevo la muerte, a quien la fama y el éxito no impresionan. Branwell, Emily, Anne. En poco tiempo sus vidas extinguidas por consunción. La rectoría cada vez más silenciosa. Aunque, a veces, solo el gemido del viento, consigue silenciar los aullidos de dolor del reverendo Patrick. En cuanto a Charlotte, hace tiempo que ha descubierto que el placer tiene un límite, pero que, en cambio, el sufrimiento es infinito. ¿Por qué no tomarse un respiro y acceder a las pretensiones de matrimonio de Arthur, el coadjutor de su padre, que hace tiempo que bebe los vientos por ella? Se podría decir que ahora es feliz. Pero las voces de sus hermanas la llaman desde el páramo, y tiene que ir a reunirse con ellas. Hacía un año que se había casado; estaba embarazada cuando murió.